Puebla sin anuncios nació en agosto del año pasado porque no quería morirme de un coraje y tenía que canalizar mi enojo y mi tristeza, protestar y hablar en contra de esta peste que odio y me afecta. Lo he hecho con pocas esperanzas de que se tradujera en cambios en las políticas públicas sobre el tema. Como buen mexicano que no ha huido al otro lado o anda en busca de hueso o contrato gubernamental (especie en extinción) , estoy absolutamente desengañado de nuestros políticos. No creo en ellos ni espero nada de ellos. Ni les pido ni les doy, trato de verlos y oirlos lo menos posible. Con algunas excepciones, los desprecio.
Total que este blog lo hago para desahogarme, si lo quieren ver así.
Pero no dejo de tener a veces ciertas dosis de ingenuidad y sabiendo que las escobas nuevas barren bien me acaba de entrar un golpe de esperanza con la llegada de Blanquita Alcalá y los otros 216 ediles (me sentí el redactor de El Sol de Puebla) a las alcaldías poblanas: ¿se animarán a limpiar Puebla? Todo indica que no, que la tendencia a seguir ensuciando la ciudad se extenderá hasta la náusea, estimulada ahora por la enorme cantidad de anuncios prohibidos en la ciudad de México y que sus dueños tienen que colocar donde puedan, y qué mejor que Puebla, donde el vacío de autoridad es tan grande y el mal gusto está tan arraigado.
Son tantos los temas pendientes en una ciudad que ha crecido a la velocidad que lo ha hecho Puebla que dudo mucho que Blanquita vaya a echarse un tirito de éstos. Más vale que nos vayamos acostumbrando a más anuncios. Digamos que no es un tema que esté en la agenda de la ciudad, como lo están la inseguridad, limpia, alumbrado, abasto de agua, baches, etc.
¿Qué habría que hacer para incluir esta legítima demanda en la agenda municipal?
¿Cómo le hacemos para que todos los municipios conurbados modifiquen sus leyes y se obliguen a retirar los anuncios y limpiar la ciudad?
Algunas personas que han leido este blog me han dicho que ahora qué más voy a hacer. Les contesto que nada. Seguiré subiendo textos y fotos, trataré de dar cuenta del horror en que se ha convertido Puebla. Pero no voy a formar ningún grupo ni pediré cita con Blanquita, ni arrugaré pantalón haciendo antesalas para entrevistarme con funcionarios. Ya lo he hecho, es aburrido y no sirve para nada pues no sé pedir sin dar y no quiero aprender.
Pero espero que alguien se prenda con la idea y lo haga. No le faltarán apoyos y ayudas.
¿Quién se anima a poner en las agendas municipales una Puebla sin anuncios?