"Las recientes investigaciones neurológicas han reconocido la importancia de la percepción visual para la formación de la identidad del ser humano en su contexto. Permanentemente, el cerebro configura mapas cognitivos de la conciencia espacial. De entre las cien mil millones de neuronas del cerebro humano, una mayoría procesa imágenes y solo una minoría maneja los procesos abstractos como las operaciones matemáticas o la configuración lógica del lenguaje. Por ello la escenografía urbana, con sus complejos imaginarios, no es algo decorativo, interesante sólo para los historiadores del arte, sino es una fuente nutricia de la conciencia.
Existe una relación cercana y compleja entre el estímulo visual y la formulación de una postura ética"
Peter Krieger, en Percibir, comprender y aprovechar los imaginarios de la Megaciudad de México. Epílogo de Citámbulos, guía de asombros de la Ciudad de México.
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