Necesitaremos formar una nueva cultura y
tendrá que ser contra todas las corrientes prevalecientes. Los medios
nos han acostumbrado a que nos griten y nos manipulen y eso es lo que
los anuncios hacen. Cuando deambulas por una ciudad vas sosteniendo
una conversación con ella, los edificios, la vegetación, el
mobiliario urbano te van hablando, los señalamientos te orientan y te
conducen, conversas con ella, pero la tragedia es que en ese dialogo
alguien irrumpe a gritos en forma de anuncios y estos son cada vez
más altisonantes e incomprensibles, y ocurre que entonces que el
grito pierde toda su eficacia, pero nadie se da cuenta y todo mundo
sigue gritando ad infinitum. Tenemos que volver a permitir que
nuestras ciudades nos "hablen" y para ello no hay otro camino que
seguir dando la batalla, aunque sin el apoyo de las autoridades y en
la ausencia de una reglamentación clara y estricta nada significativo
se puede hacer.
tendrá que ser contra todas las corrientes prevalecientes. Los medios
nos han acostumbrado a que nos griten y nos manipulen y eso es lo que
los anuncios hacen. Cuando deambulas por una ciudad vas sosteniendo
una conversación con ella, los edificios, la vegetación, el
mobiliario urbano te van hablando, los señalamientos te orientan y te
conducen, conversas con ella, pero la tragedia es que en ese dialogo
alguien irrumpe a gritos en forma de anuncios y estos son cada vez
más altisonantes e incomprensibles, y ocurre que entonces que el
grito pierde toda su eficacia, pero nadie se da cuenta y todo mundo
sigue gritando ad infinitum. Tenemos que volver a permitir que
nuestras ciudades nos "hablen" y para ello no hay otro camino que
seguir dando la batalla, aunque sin el apoyo de las autoridades y en
la ausencia de una reglamentación clara y estricta nada significativo
se puede hacer.
Julio Garci-Crespo
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