A la gente que va levantando polvo en un rugiente
automóvil les muestro siempre mi rostro malo y
duro, y no merecen otro mejor. Siempre miro
sombrío a las ruedas, al conjunto, y nunca a los
ocupantes, a los que desprecio, en modo alguno de
forma personal, sino por puro principio; porque no
comprendo ni comprenderé nunca que pueda ser un
placer pasar así corriendo hacia todas las
creaciones y objetos que muestra nuestra hermosa
Tierra, como si uno se hubiera vuelto loco y tuviera
que correr para no desesperarse miserablemente.
automóvil les muestro siempre mi rostro malo y
duro, y no merecen otro mejor. Siempre miro
sombrío a las ruedas, al conjunto, y nunca a los
ocupantes, a los que desprecio, en modo alguno de
forma personal, sino por puro principio; porque no
comprendo ni comprenderé nunca que pueda ser un
placer pasar así corriendo hacia todas las
creaciones y objetos que muestra nuestra hermosa
Tierra, como si uno se hubiera vuelto loco y tuviera
que correr para no desesperarse miserablemente.
Robert Walser (El paseo)
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