Puebla sin anuncios

En este espacio propongo algo sencillo: quitar todos los anuncios, toda la publicidad de las calles de Puebla.

Alrededor de esta propuesta hay una idea de ciudad, de lo que quisiera que fuera esta ciudad en la que nací y vivo. Estoy recabando textos, ideas e imágenes para pensar con otros la ciudad. Lo que debiera ser una ciudad. Lo que queremos que sea Puebla y lo que no queremos para ella.

Hay mucho qué decir, anímate: decirlo ya es hacerlo real.


Escribe tus comentarios directamente en cada texto del blog.

Si tienes un texto que quisieras publicar en el blog mándamelo y lo subo de inmediato. Sólo que de plano a mi juicio no venga al caso no lo subiré. De otra manera aquí lo verás, digas lo que digas.



Si quieres comunicarte directamente conmigo mi dirección de correo es escalera@profetica.com.mx


José Luis Escalera



miércoles, 25 de noviembre de 2009

¿Qué nos traemos contra los árboles en Puebla?

Este inconstante bloguero quiere comenzar esta entrada ofreciendo disculpas a sus improbables lectores porque hace meses que no hace nada por la causa en favor de una Puebla sin anuncios. Y no es que el blog haya contribuido a disminuir la cantidad de anuncios, la plaga crece y no parece importarle a nadie. Digamos que hasta ahora ha sido un blog testimonial. Y ya sabemos para lo que sirven las acciones testimoniales en este país.

Debo reconocer que la tristeza y el enojo han sido motores importantes y como todos sabemos estos sentimientos se mitigan platicándolos, cosa que he hecho ampliamente en este blog. Lo malo es que la catarsis solo ha servido a mi hígado y nada a Puebla.

Pero entro en el tema: para bien o para mal, a Puebla la habitamos poblanos, quienes tenemos, como se ha comentado antes acá, una relación difícil con los árboles. Por decir lo menos.  Plantamos pocos, y los pocos que hay los destrozamos.

Van estas fotos, muestra de la infame y criminal tala sufrida por unas frondosas jacarandas del ya famosos Boulevard Atlixco, el que ya no tendrá, afortunadamente, Viaducto Elevado.


El bloguero está tratando de averiguar si este crimen lo cometió algún iluminado del fantasmal departamento de Parques y Jardines municipal o algún vecino enfermo de su cabeza. Prometo seguir informando, por lo pronto, las fotos:




¿Los habrán talado para que Santa Clos, que amenaza con regresar, encuentre la tienda de juguetes Jumbo?




¿O para que veamos el patriótico anuncio del Banorte?




¿O la belleza de la arquitectura de vanguardia que los turistas nacionales e internacionales no podían apreciar?




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4 comentarios:

Luis Alvaz dijo...

Es lamentable. Este fenómeno de la tala de los pocos árboles que hay en la ciudad de Puebla ha ido en aumento, sobre todo a partir de las tragedias ocurridas hace algunos meses en el zócalo. A pesar de la aparente justificación, me parece que son bastantes arbitrarías las acciones del gobierno municipal, pues -por ejemplo- en el caso que este blog ha documentado, dichas jacarandas no estorbaban ni dañaban a nadie.
Saludos

Jogoogle dijo...

Coincido en que es totalmente lamentable.
Ahora bien: su catarsis, señor bloggero, sí que ha servido de algo: le quita un obstáculo a su hígado, que ya de por sí trabaja a marchas forzadas.
Y que viva el Jijote desde América!

claudilety dijo...

Habría que informarles a los que talan nuestros amados árboles que un árbol en la ciudad:
Amortiguan la densidad del ruido y los sonidos molestos.
Sirven de barrera evitando la dispersión aérea de partículas como el polvo, humo y hollín.
Los árboles con follaje ancho son los más eficaces para asimilar los desechos del aire, dado la favorable relación entre superficie y volumen de su follaje, lo que ayuda a remover las partículas guarrindongas que flotan en la atmósfera.
Absorben el dióxido de carbono y restituyen el oxígeno a la atmósfera.
Favorecen la regulación de la temperatura en áreas específicas (dan sombra).
Favorecen la regulación de la temperatura en áreas específicas (dan sombra). entre tantos otros beneficios que proporciona un árbol.

Webespacios dijo...

Por ahí dicen que los arboles son inversamente proporcionales a las estúpidas campañas de los políticos.
O simplemente a algun hueso grande le cayo gordo ver tanto verde. lastima, tan bella que es nuestra ciudad.