
Mejor conocida como la Juárez. El bloguero prefiere el nombre viejo. Sin conotaciones ideológicas, en verdad es pura nostalgia. El Benemérito se merece todas las calles y colonias y primarias y secundarias que llevan su nombre. Faltaba más. Solo que a mi me gusta que los nombres de las calles permanezcan; sobran próceres que recordar con las calles nuevas. Con decir que extraño la Maximino.
Pero con La Paz lo interesante no es tanto el nombre sino lo que ha estado pasando en los últimos meses discreta y cuidadosamente por obra y gracia del Ayuntamiento actual, el de Doger.
Es difícil registrarlo con una cámara porque no se ve: todo el cablerío lo enterraron. Cables de luz, teléfono y TV. Todo por abajo.
Y lo que no se ve, se ve. Paradoja que tiene feliz y esperanzado a este bloguero que no se amarga aunque no le faltan razones. Lo que no está se ve. Y cómo ha mejorado La Paz con lo que ya no se ve en ella.
Y ahora, para colmo de gusto, unas bellísimas luminarias, bien diseñadas, bien hechas, funcionales. Felicidades y larga vida pública a quien las eligió.
Le falta mucho a La Paz. Que dejen de confundir las palmeras con árboles de navidad y entonces les quiten los foquitos. Quitar todos los anuncios. Regular estricta y sensatamente las señales de los negocios y comercios instalados en la zona. Arreglar los jardines de los camellones, que además son tres, el central y uno por cada carril: lujo porfiriano que no se ha vuelto a repetir en ninguna de las múltiples nuevas avenidas, a las que ya ni camellones les ponen. Sembrar más árboles,cortar el pasto, quitar los ecucaliptos y regresar a las palmeras y fresnos. Muchas cosas faltan. Pero este avance es importante y hay que señalarlo y festejarlo. Salud.
2 comentarios:
hola! he llegado a tu blog gracias a un gafete de una conferencia en la ibero, leí gran parte de tu blog y me gusta como escribes, yo al igual que tu amo esta ciudad y amo escribir sobre ella y la amaría mas sin toda esa basura que me hace enterarme a fuerza de que toño sanchez me da su telefono y me escucha (ajà) ademas de que nos habla del caracter del tipico mexicano que todo lo pone grandotote y brillantote para que todos lo vean, me gusta lo que haces y el sentido que tiene este blog.
En verdad que ha sido sorpresivo leer tu comentario, inesperada y querida diva: pensé que el blog transmitía una relación al menos conflictiva con la ciudad. A ti te parece que la amo. Es curioso, depende lo que entendamos por amor, pero mejor diría que Puebla me duele. Me importa y me duele mucho. ¿Es amor éso?
Gracias por comentar y ya sabes: bienvenidos tus textos, comentarios, imágenes e ideas en torno a una ciudad diferente, mucho mejor: sin baches y sin anuncios.
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